El oxígeno respirado bajo una presión de entre 2 y 3 A.T.A, se disuelve en el plasma sanguíneo para conseguir una gran cantidad de oxígeno en la sangre de nuestras venas y arterias, el cual nutre los tejidos, sin necesidad de la acción de glóbulos rojos.
Estos niveles elevados de oxígeno producen un efecto antiinfeccioso, antiinflamatório, desedematizante, detoxificante, contribuye a la formación de vasos nuevos y estimulada de la formación de colágeno, lo que significa un aumento de la velocidad de cicatrización y curación entre otros efectos.
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